¡Microrrelato apasionante!

Este es un relato corto que quiero compartir.

 ¡Habrá más pronto!


La serenidad recae de forma silenciosa sobre las calles, inequívoca en su gélida calidez. Esta se fundamenta y concentra en la mente de quien siente dicho acto. La verdadera tortura es el señuelo negativo, uno tan voluminoso que impide el propio acto de acabar con el mismo y conocido engaño que la hace peligrar.

Cuando quien estuvo y a la vez se encuentra "a sí mismo" quiso darse en rebelión; se impuso un fuerte bloqueo en aquel individuo con gran voluntad, extranjero en un mundo extraño. Con el corazón en puño se pregunta súbitamente la razón de su pesar con toda clase de maldiciones.

Sin respuesta alguna y sin necesidad de haberla empieza a aflojar el pesar que como cadenas y demás ponzoña forma una red de preguntas sin respuestas o cuestiones sin resolver. Mientras el pensamiento fluye nuestro falso torturado puede escuchar una dulce melodía.



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