Descubriendo arte: Iván el Terrible y su hijo
Descubriendo arte: Iván el Terrible y su hijo
Tal vez esta sea una obra poco conocida por la gran mayoría de nosotros (los que vivimos al oeste de los Urales) debido a la mayor influencia de artistas occidentales por estos lares. No obstante, considero que es una buena obra para comenzar esta andadura.
Vengo a hablarles de la obra titulada “Iván el Terrible y su hijo”. Éste oleo pintado por Ilya Repin retrata con una expresividad excelsa uno de los episodios que marcarían la vida del zar y del futuro del Imperio Moscovita. En el cuadro podemos observar a Iván el Terrible sosteniendo el cuerpo sin vida de su hijo. En el rostro del emperador podemos apreciar el dolor por haber asesinado a su propio hijo, fruto de uno de sus habituales ataques de ira. Existen varias teorías establecidas sobre este acto, pero, sin duda, la más extendida es la que les voy a contar a continuación.
Allá por el 1581, el Zar Iván IV Vasílievich, más conocido por todos como Iván el Terrible, discute
con la tercera esposa de su hijo, Iván Ivanovich, (las dos anteriores acabaron
en conventos de clausura por orden del zar), ya que sus vestimentas no son todo
lo recatadas como al zar gustaría. El Zar golpea llega a golpear a la mujer del
zarevich durante el enfrentamiento y esto provoca que su hijo aparezca en
escena para recriminarle dicha acción a su padre. Iván el Terrible, que ya
tenía antecedentes de arrebatos de ira, golpea a su hijo en la cabeza con su
báculo, provocándole una hemorragia. Se da cuenta de lo que ha hecho, sujeta la
cabeza de su hijo, bañada en sangre, y se arrepiente de lo que ha hecho, pero
ya es tarde.
«Desde los tiempos de Adán hasta este día, he sobrepasado a todos los
pecadores. Bestial y corrompido he ensuciado mi alma»
Son bien conocidos los ataques de cólera que sufría el zar a lo largo de su
reinado; se ha intentado dar una explicación años después a estos hechos y
existen diversas teorías fundadas al respecto. La teoría más aceptada es la que
plantearon los estudiosos que llegaron a analizar sus restos. En los huesos del
emperador se detectaron altas cantidades de mercurio, esto se debía al
tratamiento que seguía para tratar su sífilis. A su vez, está demostrado que
los tratamientos con esta sustancia podían provocar cambios de humor, ataques
coléricos o episodios psicóticos.
¡Muy bueno!
ResponderEliminarPobre hijo, pero me aterra pensar como se tuvo que sentir el zar después de darse cuenta que lo había matado... muy buena historia! ��
ResponderEliminarA. Ciges